lunes, 14 de marzo de 2016

La belleza de la ciencia

Mucha gente considera a la ciencia como algo frio, artificial y distante y cree que se trata exclusivamente de laboratorios, probetas y complicadas ecuaciones y que analizar el mundo por medio de la ciencia es quitarle lo mágico, lo bello o lo poético, pero esto no es cierto.

Pongamos por ejemplo el caso sugerido por Richard Feynman: dos amigos, uno científico y el otro artista, se encuentran para debatir acerca de la belleza de una flor. El artista diría lo siguiente: “Yo como artista puedo ver lo hermosa que es esta flor, pero tu como científico lo único que haces es descomponerla en partes y entonces se vuelve algo aburrido y frio”. Pero esta afirmación es incorrecta. La misma belleza que el artista encuentra en la flor está disponible para todos los demás, incluso para las personas de ciencia. Cualquier ser humano puede apreciar esa misma belleza a simple vista. Sin embargo, desde el punto de vista científico, se puede apreciar mucho más porque, gracias a la ciencia, podemos imaginarnos las células, las complejas interacciones que se dan entre estas, los procesos que tienen lugar en su interior, los cambios evolutivos que ha tenido que sufrir esa especia para ser como es hoy en día,… y todo esto también tiene una belleza propia.

Seguramente, el problema principal por el que las personas ven a la ciencia de este modo es la terminología que en ella se utiliza pero, en realidad, esta gente no se da cuenta de algo: todas esas palabras extrañas y complicadas pueden parecer frías, pero los procesos que intentan explicar son asombrosos y maravillosos y se manifiestan a todos los niveles conocidos, desde lo más pequeño hasta lo más grande del universo. La ciencia nos ha permitido visitar otros mundos y maravillarnos con lo que descubrimos acerca de estos, estudiar el código genético que se encuentra en cada uno de nosotros y descubrir, gracias a ello, el lazo que compartimos con todos los seres vivos de nuestro planeta, salvar millones de vidas a diario, a través de la investigación y la mejora y perfección de las técnicas y medicamentos utilizados, entender mejor el mundo y todo lo que nos rodea.

Uno de los descubrimientos más asombros que ha hecho la ciencia, en mi opinión, es el saber que nuestros átomos son los mismos que se formaron en los comienzos del Universo. La materia no se destruye, solo se transforma y, por lo tanto, nuestros átomos fueron, en algún momento, parte de estrellas. Los elementos y moléculas que nos componen fueron formados en su interior y, por lo tanto, todos nosotros somos “polvo de estrellas”. Por eso creo que la ciencia no es simplemente algo aburrido y frio, también tiene algunos aspectos asombrosos, maravillosos e, incluso, poéticos.

Os recomiendo ver este video que os dejo a continuación porque, en él, varios científicos hablan sombre el hecho de que nosotros “somos el universo” y sobre otros increíbles avances que se han realizado gracias a la ciencia: 


Por todo esto, en mi opinión, la ciencia no puede restarle belleza a las cosas porque, gracias a ella, aumenta nuestro conocimiento y somos capaces de descubrir aspectos nuevos de la realidad. Gracias a ella sabemos lo que ocurre tanto cerca como lejos de nosotros, desde lo más pequeño a lo más grande y, por este hecho, en mi opinión, lo único que puede hacer la ciencia es añadir belleza al mundo que nos rodea, porque nos permite entenderlo y maravillarnos con él.



Bibliografía: