viernes, 10 de junio de 2016

Liberalismo y Comunitarismo

La polémica entre liberales y comunitaristas se viene dando desde principios de los años 80. En esta época surge este conflicto, un enfrentamiento entre dos tradiciones que se juegan el predominio en el futuro. Pero, ¿qué son exactamente estas dos ideas?

El liberalismo es una teoría política cuyo objetivo es limitar al máximo la actividad y el poder del Estado para así favorecer la libertad del individuo. Esta idea le da gran importancia al individualismo, considera que el individuo es algo primordial y que tiene derecho a ejercer de forma plena su libertad, independientemente de los aspectos colectivos. Considera que la libertad es un derecho inviolable cuyo único límite consiste en no afectar la libertad y los derechos de los demás. Los liberales sostienen que el Estado no debería intervenir en la vida de los individuos ni en sus decisiones, simplemente debería permitir que las diferentes preferencias particulares puedan coexistir y que los intereses de unos no perjudiquen a los de los demás.

El comunitarismo, en cambio, es una filosofía política que aparece a finales del siglo XX en oposición al liberalismo y a determinados aspectos del individualismo. No es del todo contrario al liberalismo, sin embargo, centra su interés en las comunidades y sociedades y no en el individuo. Los comunitaristas creen que a las comunidades no se les da la suficiente importancia en las teorías liberales, critican al individualismo y a la neutralidad estatal, y defienden la importancia de una común concepción del bien compartida por todos los ciudadanos.

Ahora bien, ¿cómo interpretarían estas teorías algunos de los problemas de las sociedades actuales? ¿Qué pensarían liberales y comunitaristas acerca de, por ejemplo, los vientres de alquiler?

Los vientres de alquiler o maternidad subrogada es un asunto muy polémico en la actualidad y es algo que en países como, por ejemplo, España, está prohibido. ¿En qué consiste? Este proceso es una técnica de reproducción asistida y consiste, básicamente, en un acuerdo en el que una mujer se compromete a gestar en su vientre a un niño, para otra persona que por diferentes causas es incapaz de hacerlo, hasta el día de su alumbramiento cuando se lo entregará (por un precio determinado o gratis, dependiendo del caso). ¿Cómo se analizaría este asunto desde el liberalismo y el comunitarismo?


Pues, en este caso, los liberales opinarían que el Estado debería permitirlo porque, como ya he dicho, según ellos, los individuos han de disfrutar de una libertad plena (siempre y cuando esta no interfiera en las libertades de los demás). Por lo tanto, si ambas partes del acuerdo lo aceptan voluntariamente y si, por lo tanto, la mujer quiere hacerlo y decide alquilar su cuerpo, el Estado no debería impedírselo ya que es su decisión y haciéndolo no perjudica a nadie.

En cambio, ¿cuál sería la opinión de un comunitarista? En este caso, los comunitaristas opinarían que el Estado debe respetar ciertos valores morales que son comunes a todos los ciudadanos. Por lo tanto, si esta práctica estuviera permitida, significaría que la comunidad estaría de acuerdo con considerar el cuerpo humano como una mercancía y, entonces, ¿por qué deberían estar prohibidas otras cosas como el tráfico de órganos o el tráfico de personas? 

En mi opinión, creo que esta práctica no es algo del todo negativo. Evidentemente tiene aspectos buenos y malos, tiene sus ventajas y sus riesgos, como todo, pero no creo que sea algo tan malo como opinan algunos porque, gracias a este método, muchas personas que no podían tener un hijo (personas infértiles, parejas homosexuales, etc.) han logrado tenerlo y este proceso les ha proporcionado una felicidad única e insuperable. Evidentemente hay otras formas de tener hijos como, por ejemplo, la adopción, pero no me parece que haya que prohibir esta práctica y, por lo tanto, supongo que mi opinión es un tanto liberal porque, en mi opinión, si una persona o pareja desea tener un hijo pero no puede hacerlo y otra persona se ofrece voluntariamente y ofrece su cuerpo y su tiempo para ayudarles, ¿por qué el Estado debería impedírselo? Sin embargo, no creo que esto deba ser un negocio y por ello me parece bien la regulación legal que hay en paises como Canadá, en los que la forma "comercial" está prohibida y sólo se permite la forma "altruista", es decir, que la madre no recibe compensación económica por el embarazo, sólo recibe pago de los gastos derivados de él como, por ejemplo, desplazamientos a las visitas médica, ropa premamá, alimentación especial, etc.




Bibliografía:
-     “Politeia parte 2: sistemas políticos y ciudadanía”, apuntes de filosofía del profesor Óscar Sánchez del IES Llanera.